Crónica del Iliniza Norte
Después
del "silencio tecnológico" volvemos a dar señales de vida, esta vez
desde el Centro de Aclimatación del Tambopaxi, a los pies del volcán
Cotopaxi, que por ahora nos está esquivando detrás de las nubes.
El
sábado por la noche llegamos a El Chaupí para dormir cerca de los
Ilinizas, dos montañas separadas por un collado en el que se encuentra
el refugio desde el que parten las distintas vías de escalada.
Después
de una buena cena con trocito de tarta incluido del primer cumple de
una de las niñas de la casa, nos fuimos a tratar de descansar, porque
nos esperaba el primer madrugón, 4 am, y para eso, también hay que
aclimatar (para el Cotopaxi nos "despertaremos" a las 23.00).
4
am en pie, 5.15 al coche y 6.15 comienza la marcha, con las primeras
luces del día y rodeados por las tinieblas en medio de un bosque de
polylepis, y de repente, empieza a despejarse la mole del Iliniza Norte,
aquello más que un pateíto deportivo parecía el camino a mordor!.
Continuamos el ascenso por la arista hacia el refugio y pudimos divisar a
lo lejos durante los momentos que nos dejaron las nubes el cono del
Cotopaxi: sin palabras.
Llegamos
al refugio sin incidencias, tomamos algo caliente y conversamos con los
chicos, que nos comentaron que había nevado y que la cosa estaba
incierta. Así que, arnés, casco, piolo y crampones a mano y para arriba.
Comenzamos en la arista, por una zona mixta de piedra y tierra con
nieve por la que fuimos progresando sin demasiada dificultad (nos vamos
poniendo en forma), dejando la piedra y cada vez más nieve, hasta que
llegamos a un punto en el que coinciden dos frases cruciales del
ascenso:
Bene: Pero Juan Carlos, a qué sitios me traes??
Juan Carlos: venga, a ponernos los crampones!.
Este
es el momento en el que murió mi vértigo, si con la arista de piedras
no había sido suficiente, "paso del hombre muerto" incluido;
Destrepadita por la nieve y progresión hacia la travesía bajo el espolón
de la cima. El tiempo era incierto y el viento empezaba ha hacer acto
de presencia de forma contínua; pasada la travesía, y ya camino de la
cima, a 5065 m aproximadamente, con el cansancio y tras un paso en falso
de José que le costó un esguince, a 75 m de la cima, decidimos poner
fin al ascenso e iniciar la bajada.
Lejos
de desilusiones y "bajonas" estamos todos contentos con la
experiencia. Ayer vivimos la expresión "lo importante no es la meta,
sino como llegas a ella", y a pesar de no pisar la cima, los tres hemos
bajado como si hubiésemos coronado nuestra montaña más alta.
Ahora estamos todos haciéndole mimitos al tobillo de José para que se recupere lo antes posible, veremos como evoluciona.
Aprovecharemos
para descansar el máximo posible, ya que mañana a medianoche, si el
tiempo lo permite, le hincaremos el diente al cotopaxi, a ver si se
deja.
A pasarlo bien!
PD: El internet está regular, así que las fotos la próxima vez.
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ILINIZA NORTE. FOTOS DE ARCHIVO |
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